viernes, 20 de julio de 2018



Existen muchas maneras de comunicarnos, infinidad de formas en las que logramos decir algo cuando queremos decirlo, podemos tener determinado estilo de peinarnos o de vestir para identificarnos con personas que quieren decir exactamente lo mismo que nosotros, podemos darle importancia a nuestra forma de caminar, o de hablar con términos que también nos identifican con personas que piensan de la misma manera que nosotros; evidentemente, tenemos mucho que decir, buscamos de forma consciente o inconsciente hacernos oír, o hacernos notar por la necesidad que tenemos de "decir algo" De alguna u otra manera, nuestra actitud, estilo, humor, carácter y tendencia intelectual HABLA POR NOSOTROS. El "decir" algo, no implica forzosamente el abrir nuestra boca, dice mucho mas nuestra forma de ser que lo que podemos decir en favor nuestro o en perjuicio de alguien; las palabras con elogios o descalificaciones no describen jamas en su totalidad y mucho menos a ciencia cierta, la forma de ser de alguien, CONOCER a alguien DICE MÁS a nosotros que cualquier chisme, murmuración o elogio de alguien.

Una de las mejores formas de "decir" algo, es a través de cartas; este medio que cada vez es menos común en un mundo tan moderno como ahora; las cartas han sido siempre, a lo largo de la historia una de las formas mas eficaces de comunicación, podemos expresar a través de ellas, emociones, sentimientos, intereses, explicaciones, podemos en una carta vaciar nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestros deseos; pueden las cartas estar llenas de reclamos, amor, celos, consuelo, expresiones de felicidad o tristeza, y logran, como fin último, el "decir" lo que queremos mostrar a alguien mas. 

¿Y si nosotros fuéramos cartas? ¿que podríamos decir? En nuestra vida cristiana, Dios ha establecido una OBRA EN PROCESO que continuará edificando a lo largo de nuestra vida (Filipenses 1:6) y cada día que pasa nuestro Señor trabaja en esa obra, cada día tomamos una forma diferente gracias al trabajo que hace en nosotros; es decir, somos una carta que va "escribiendo" día a día un renglón más, y al siguiente día, un renglón mas y así sucesivamente hasta que ¡LA CARTA ESTE COMPLETA!

Cuando nosotros comenzamos a leer un texto (este por ejemplo) no sabemos que dice en su totalidad hasta que lo leemos por completo, podemos empezar a generar una idea en nuestra mente conforme avanza nuestra vista sobre cada linea o renglón, y conforme avanzamos, LO QUE QUIERE DECIR, el escrito se va completando hasta darnos la idea completa. 

Dios quiere decir algo A TRAVÉS DE TU VIDA Y MI VIDA, somos cartas escritas linea a linea por SU PUÑO Y LETRA, cada propósito o plan que Dios tiene con nosotros va formándose a lo largo de los días, de los meses y de los años, pero así como tu vista va recorriendo este texto, y te vas dando una idea de lo que dice, así Dios a través de nuestra vida quiere ir hablando o diciendo algo a quienes no le conocen; ¡Si! NOSOTROS SOMOS CARTAS DE DIOS que muestran lo que Él quiere decirle al mundo que es capaz de hacer con al vida de cada quien; somos las lineas escritas por Cristo como evidencia de que nuestra vida puede ser transformada; podrán haber millones de palabras, podrán haber miles de anécdotas, pero lo que quiere decir Dios a través de ti ESTÁ ESCRITO EN TU COMPORTAMIENTO, EN TU ACTITUD, EN LA FORMA DE VIVIR TU CRISTIANISMO.

Así que, ¿qué dice tu vida? ¿que dice Dios a través de ti? ¿eres la carta que Dios está redactando para comunicarse CON UN MUNDO PERDIDO? o ¿le haz puesto un sobre a esa carta para que no pueda ser leída?

¿Qué Dices?

2a. CORINTIOS 3:2-3